Muerte, impuestos y Ben Affleck: “El contador” tiene su secuela

En la categoría películas de 2016, El contador fue una sorpresa. Contaba una historia original para adultos, rompiendo con las adaptaciones de otros copyrights para toda la familia que acaparaban los primeros puestos de las recaudaciones. Y aunque se asemejaba a esa raza persistente de thrillers de acción de hombres-con-una-misión, recurría a un toque absurdo y divertidamente ridículo: Ben Affleck interpretaba a un contador neurodivergente y consejero del submundo criminal.
El público respondió. El contador superó las expectativas para cines recaudando 155,5 millones de dólares a nivel mundial (según el sitio especializado Box Office Mojo) y fue la película más alquilada de 2017 (de acuerdo con la empresa de mediciones Comscore), delante de Moana, Mujer Maravilla y Rogue One: Una historia de Star Wars.
Nueve años y un cambio de estudio cinematográfico después, la secuela, El contador 2, llegó al cine con el regreso de Affleck y gran parte del elenco original (Jon Bernthal, J.K. Simmons, Cynthia Addai-Robinson), junto al director Gavin O'Connor y el guionista Bill Dubuque. En dos conversaciones –una en el festival South by Southwest en marzo, antes del estreno de la película allí, y otra virtual a principios de este mes– Affleck, O'Connor y Dubuque se refirieron a la recuperación de los derechos de la historia, a la definición de éxito y a una idea posible para una tercera película.
Tráiler de la película "El contador 2"
–Bill, escribiste el guion de la primera película de El contador de forma independiente, sin que participara ningún actor o director. ¿De dónde salió el personaje principal, Christian Wolff?
–Bill Dubuque: Conozco a distinta gente que está dentro del espectro autista y pensé que algo así podría ser interesante; siempre me ha interesado cómo funciona el cerebro. Pensé que podríamos tomar a este personaje, que tiene su cuota de aptitudes y su cuota de factores vulnerables, y no hacer de él una víctima sino ponerlo en una situación que fuese entretenida y en la que te hiciera sentir algo hacia él.
–La película inicial fue la más alquilada de 2017. ¿Qué pensaron al ver que tenía esa especie de vida adicional?
–Ben Affleck: Desde que se estrenó ha sido una de las películas que más probablemente mencionan cuando me contactan. Pero que esté delante de todas esas películas con clasificación Apta para mayores de 13 años –y atractivas para los cuatro principales sectores de público, o más masivas–, es directamente anómalo. Creo que es mérito de la inteligencia y lo sorprendente de la historia, de veras. Hizo que la gente dijese "Tendrías que verla, aunque no suelas ver películas de acción". Así es como una película en cierto modo explota.
–Dubuque: Pienso que a la gente le gusta ver a ciertos actores en ciertos papeles. Quieren ver a Steve McQueen hacer ciertas cosas. Quieren ver a Harrison Ford en cierto tipo de proyectos. Pienso que con Ben se puede combinar acción con humanidad. Un poco de autodescalificación, un poco de humor.
–Ben, ¿cómo medís el éxito a esta altura de tu carrera?
–Affleck: Es muy sencillo en realidad. Vi un primer corte (de El contador 2) y la película me gustó mucho. Casi lloré. Pensé: "Es maravillosa. Lo conseguiste". Las películas son algo subjetivo, claro. Hay cosas que conmueven a unos y a otros no. Pero aun si hubiera gente que se fuese del cine esta noche, me da igual. Es maravillosa. Y eso no se va a alterar por lo que digan los demás. La cuestión es: "¿Me conmovió? ¿Estoy orgulloso de haber sido parte de esto?". Y en todos los aspectos que me importan personalmente, la película ya es un éxito.
Affleck, a la derecha, con Jon Bernthal en “El contador 2”.
–¡Suena muy seguro! Sobre todo trabajando en Hollywood. ¿Siempre has sido así?
–Affleck: No. Y llegar a Hollywood representa un tema muy significativo para mí. Por lo general solía tener esa sensación como de que "Si alcanzo esto, o si logro aquello me voy a sentir bien, voy a sentir que valgo". Pero la verdad es que después de haber tenido la suerte de acceder a algunos de esos indicadores del éxito, resulta que en realidad esas cosas no te hacen sentir mejor. No son lo importante. Si no te sentís genuinamente bien con lo que hacés, no tiene sentido.
Y otro asunto es que en aquellos momentos en los que le daba más importancia a la opinión de los demás –llegar a cierto nivel en las recaudaciones, por ejemplo, o al reconocimiento de un premio, o a determinado puntaje en la página de críticas Rotten Tomatoes, sea cual fuera la medición–, estaba renunciando a mi propia autoridad y a mi sensibilidad narrativa. En efecto, no a todo el mundo le va a gustar todo y existe la costumbre de burlarse de las cosas: ese es el acuerdo que pactamos a cambio de exponer lo nuestro. Pero para conservar la cordura y la integridad artísticamente se debe tener parámetros propios. Llegar a ese punto me ha hecho sentir mucho más tranquilo y a gusto.
–La primera película se lanzó hace nueve años a través Warner Bros. A la secuela la distribuye Amazon MGM Studios. ¿Cómo fue el proceso para llegar hasta ahí?
–Affleck: Hubo un par de cosas diferentes. Warner Bros. andaba explorando versiones para televisión, que es una forma más provechosa de capitalizar ya que la televisión es continuada. Lo habían hecho con la película de Bradley (Cooper) Sin límites. "Hey, fue un éxito esto. Podemos explotarlo más tiempo."
–Gavin O'Connor: También se dio un juego de las sillas por los cambios de régimen. Y luego llegaron el Covid, los confinamientos y hubo una huelga. Un montón de cosas. Pero entonces Ben abrió su propio estudio de producción, Artists Equity, que fue una luz en la oscuridad.
–Affleck: Pudimos poner un pie adentro y armar una colaboración entre estos grupos (Warner Bros., Artists Equity y Amazon MGM Studios) que funcionó y que iba a darle lugar a Gavin para hacer la película que quería. Pero es mérito de Warner que hayamos podido encontrar un nuevo socio.
–Mantuvieron el mismo equipo creativo detrás de escena, algo cada vez menos común en las secuelas.
–O'Connor: Ni siquiera se nos ocurrió incorporar a otro guionista. Todo esto surgió del laboratorio del cerebro de Bill y queríamos preservar la continuidad.
–Affleck: No sé si me hubiera entusiasmado o sentido cómodo haciéndolo de otra manera.
–Dubuque: Creo que soy el único guionista de Hollywood con paciencia para repasar el guion con Gavin renglón por renglón, palabra por palabra, cien veces.
–Affleck: Puede que sea cierto eso. Aunque Jon Bernthal y yo también merecemos los laureles. Con nosotros hizo lo mismo.
–Dubuque: Gavin tiene que asegurarse de que Bernthal no cambie cada línea de diálogo.
“Realmente creo que es un mérito de la inteligencia y la sorpresa de la historia”, dijo Affleck.
–El papel que ustedes le dieron a Jon adquiere mucho mayor importancia en esta película. Es prácticamente un film de dos personajes.
–O'Connor: Quisimos que Ben tuviera a alguien en quien apoyarse: en la primera película estaba realmente solo. Y nos pareció que podía haber mucho drama y mucha comedia entre los dos.
–Dubuque: Era una fruta tentadora al alcance de la mano. Bernthal está genial en la primera y se podía percibir la dinámica entre ellos. Sabíamos que había algo rico para sacarle el jugo.
–También hay muchos más chistes. La primera película tenía momentos graciosos pero yo no diría que fuese una comedia.
–O'Connor: Bill escribe diálogos muy graciosos.
–Dubuque: Gavin y yo analizábamos las escenas y permanentemente pensábamos en maneras diferentes de entretenernos nosotros mismos. "¿Qué tal esto? Quizás una vueltita de tuerca a aquello." Para mí, eso es mucho más gratificante que escribir acción. Cuando estoy escribiendo el guion de una película, llego a las partes de acción y siento que es mejor que llamen a quienes se ocupan de la coreografía de las luchas y las resuelvan. Y es lo que hacen. Con resultados excelentes.
–Ben, hay una escena tuya importante en la película donde te ponés a hacer line dancing en un bar de mala muerte. ¿Cuánta experiencia tenías en ese género de baile country?
–Affleck: Lo que viste es mi viaje virginal: perdí mi virginidad en lo referente a line dancing allí mismo, frente a la cámara. En el guion era una idea genial. Christian quiere impresionar a una chica y se da cuenta de que el baile en línea funciona como una secuencia (tiene pasos repetibles y sigue un esquema preciso) mientras que bailar en una discoteca es improvisado y algo a lo que él no se adaptaría. Pero a mí memorizarlo me llevó una cantidad de tiempo vergonzosa. No me sale muy natural, ni del modo en que se mueve mi cuerpo. Por suerte conté con la ayuda de dos mujeres muy pacientes. Y tanto la fotografía como la edición de Gavin fueron bastante indulgentes.
–¿Hay planes para una tercera? ¿Qué me pueden contar?
–Affleck: Es una pregunta que quiero hacerles a Bill y a Gavin. Espero otro gran guion.
–O'Connor: Bill y yo estuvimos teniendo algunas charlas preliminares. En lo personal me gustaría escaparle a otra película rompecabezas, que ya venimos haciendo dos veces. Algo que conversamos es la idea de traer de vuelta a Anna Kendrick (que interpreta a la atracción romántica de Christian en la primera película). Quizá Christian pueda finalmente recibir el amor que se merece.
–Affleck: Esperamos gustarle a ella todavía.
–O'Connor: De hecho, Ben, nos hemos estado mandando mensajes con Anna. Dice que si nosotros queremos, por su parte está cien por ciento de acuerdo.
–Affleck: Ah, buenísimo. Entonces ahora solo depende de ustedes arruinarlo todo.
Traducción: Román García Azcárate
Clarin